domingo, 10 de junio de 2012

Entrevista a un extraterreste (Segunda parte)


             E: No me interesan los “chuinos” o como se llamen. Yo me pienso ir.
            P: Pero es que no se puede ir. Piense en que... A propósito, ¿en qué se va a ir? ¿En un OVNI? ¿Una nave espacial? (¿cómo lo entretengo, Dios, como?)
            E: Mire, déjese de embromar, ¿quiere? Mire, yo le voy a explicar todo: Somos parecidos a los humanos y venimos para ver en que anda la Tierra. Solo en películas de Ciencia-Ficción aparecen naves espaciales.
            P: Pero no entiendo. Entonces, ¿cómo piensa volver a la… al planeta donde vive?
            E: En un transbordador de la NASA, claro. Los de otros planetas somos muy modernos además de normales. Y también vine de esa misma manera. (en naves espaciales, por Dios, está loco)
            P: ¿Tiene parientes?
            E: ¿Qué si tengo qué?
            P: Parientes, usted ya sabe, las personas que, ¿como decirlo?, son de su misma sangre y comparten, por ejemplo una abuela o un tío (y que son igual de feos que usted, pero no, no se lo debería decir).
            E: Esas son estupideces de los humanos. Abuelas y tíos. Déjese de decir cosas raras, por favor… ¡Ni siquiera tenemos sangre! (otro insulto, yo ya conté ocho)
            P: Lo que quise decir con sangre fue que… bueno, olvídelo. No lo quisiera hacer parecer a ningún invento nuestro… ¿señor?…
            E: Si, dígame señor.
            P: Volviendo a la pregunta; ¿Tiene poderes telepáticos o levitatorios?
            E: Si, ¿Quiere que lo haga volar? (lo quiero ver ahora).
            P: ¡¡¡¡No!!!!
            E: Era un chiste nomás, no se me asuste (jejeje).   
            P: Una pregunta indiscreta: ¿Cuántos años tiene?
            E: No lo entiendo.
            P: Digo ¿Cuántos años hace que nació? O ¿Cuántas velitas sopló en total?

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